El pasado sábado 11 de diciembre se volvió a vivir una noche de nostalgia, aquellas que desaparecieron durante mucho tiempo, y es que el mítico teatro Caupolicán se llenó de las canciones clásicas de los dibujos animados de os años 80s y además con lo mejor de la música en 8 bits de los videojuegos.
La noche comenzó con el gran Francisco Foco, quien abrió lo que sería un gran espectáculo. Francisco logró que el publico encendiera con su primer tema, así lo siguieron muchos otros, donde destacamos: JamesTown, Super Metroid, Nintendo, Super Mario y versiones adaptadas en 8 bits de los Prisioneros.
Luego se presentaba el plato fuerte de la noche, el incombustible Capitán Memo, un clásico de los dibujos animados, interprete de las canciones más icónicas de la animación. Con una pantalla gigante que revivía los mejores momentos de los openings de dibujos animados, Capitán Memo junto a su banda de rock, nos deleito con obras maestras como He-Man y los amos del Universo, Espartaco y el sol bajo el mar, La Maquina del Tiempo, Pequeña Lulú y Festival de los Robots, una de las mas recordadas. Junto a Memo Aguirre se presentó la anisinger Lissete Chan, quien entre otras tantas canciones nos deleitó con su interpretación del ending de Candy Candy, también vivimos un momento especial cuando la esposa de capitán se subió al escenario para cantar el opening de la misma serie, fue en ese instante que sucedió lo inesperado, Capitán Memo se arrodilla en el escenario y le pide matrimonio (nuevamente) a su pareja, y ella acepta, la diferencia es que en esta oportunidad el matrimonio será en Chile.
Al fin de cuentas, un concierto impecable, público de todas las edades se fue mas que conforme con lo visto, pudieron bailar y cantar a todo pulmón, incluso hubo un homenaje a Ricardo Silva, cantante icónico del opening de Dragon Ball.
Creo que a estas alturas de la vida Capitán Memo debería ya estar en el escenario de la Quinta Vergara, llenando de nostalgia la vida de muchos latinos que crecieron junto a sus canciones. Tirón de orejas a los encargados del Festival de Viña, que el tiempo pasa y no le atinan con algo que está a simple vista y que ha sido parte de nuestra infancia.
Review: Chris Codoceo
Fotografia: Daniel Alejandro Badilla
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